Actividades cotidianas que para nosotros pueden ser tan sencillas como caminar o alimentarnos, no lo son tanto para las personas con dependencia. Asimismo, existen personas con enfermedades que afectan a sus capacidades de deglución y masticación. Por este motivo, las necesidades de alimentación de las personas dependientes pueden llegar a ser muy concretas.

Resulta esencial que los profesionales del ámbito sociosanitario como los cuidadores tengan formación en este ámbito. Los conocimientos que te explicamos, a continuación,  te resultarán de gran ayuda para desarrollar tu trabajo y mejorar la calidad de vida de los pacientes con dependencia.

Necesidades de alimentación de las personas dependientes

En primer lugar, las personas con problemas de alimentación autónoma se suelen dividir en dos grupos: envejecimiento fisiológico o patología.

Envejecimiento fisiológico

Como profesional de la atención sociosanitaria tienes que realizar un apoyo durante la alimentación. Las personas con dependiencia pueden rechazar o tener dificultades en su alimentación por el simple hecho de hacerse mayores. Veamos los siguientes puntos al respecto:

  • El propio envejecimiento de las personas hace que rechacen algunos alimentos por la pérdida de papilas gustativas.
  • Se reduce el reflejo tusígeno y por tanto cuesta más expulsar sustancias que nos atragantan.
  • Dentaduras con pocas piezas dentales. Se hacen obvias las dificultades para masticar los alimentos.

Además de todo esto, hay que tener en cuenta otros factores como el reflujo gástrico frecuente, la presencia de temblores o una disminución en la salivación.

A pesar de que todos estos factores influyen negativamente en la alimentación, estas personas pueden seguir siendo parcialmente autónomas. Como cuidador, te encargarás de ofrecerle apoyo y de estar presente por si existe alguna complicación. En el caso de personas con alto nivel de dependencia, deberás ser quién le suministres directamente al alimento.

Patología

Las enfermedades que afectan a la alimentación suelen ser de tipo crónico y las necesidades de alimentación de las personas dependientes de este tipo exigen más atención. Esto quiere decir que el paciente empeora con el tiempo y requerirá cada vez un cuidado mayor. Además, llegará un punto en el que su alimentación sea inevitablemente dependiente.

Para ejemplificar, podemos hablar de una de las enfermedades más típicas en este ámbito. La disfagia es la dificultad para tragar alimentos y aparece tras ictus, enfermedades como el Parkinson o parálisis de órganos digestivos. La disfagia puede ser orofaríngea (dificultad para formar y tragar bolo alimenticio) o esofágica (a nivel del esófago).

Además, otras alteraciones del sistema digestivo incluyen odinofagia o pirosis. El primer caso se relaciona con una deglución dolorosa, mientras que la pirosis tiene lugar cuando hay reflujo gástrico y padecemos quemazón.

En cualquiera de estos casos, es básico estar siempre alerta a las necesidades de alimentación de las personas dependientes que presentan estas patologías. Los trastornos del sistema digestivo pueden provocar un atragantamiento porque el bolo alimenticio no siga su camino y, llegado este punto, hay que actuar. Es posible que tengas que realizar una maniobra para evitar el atragantamiento, pero también es esencial que conozcas pautas alimenticias a seguir para que esto no suceda.

alimentación personas dependientes

Soluciones de alimentación para personas dependientes

Seguidamente, podrás observar algunos consejos básicos para alimentar a personas dependientes. Te contamos algunos procedimientos, pero también los diferentes tipos de alimentación que pueden llevar.

Procedimientos para ayudar a los pacientes dependientes

En primer lugar, debes de centrarte en la preparación del entorno. La persona tiene que estar despierta y relajada antes de comenzar con la alimentación. Así, es recomendable que evites distracciones o elementos que puedan alterar al paciente. Algunos de ellos pueden ser la televisión, los ruidos o la presencia de terceras personas. Una habitación (cocina o comedor si es posible) limpia, cuidada y diáfana es el lugar adecuado.

Por otro lado, es fundamental colocar al paciente en la postura adecuada. Si puede sentarse, es mejor que su espalda esté recta. Si no es posible sentarlo en una silla, se incorporará en la cama y se situará lo más parecido posible a una postura de 90 grados. La comida la debes dispensar lentamente, le ofrecerás líquidos y dejarás que descanse como mínimo media hora tras la comida. Es muy conveniente esperar este tiempo antes de que el paciente se acueste de nuevo.

En lo que respecta a los utensilios, colocaremos una servilleta o babero alrededor del cuello del paciente. Además, utilizaremos una bandeja o mesa cercana en la que tendremos próximos todo tipo de utensilios (cubiertos, vaso, plato, servilletas). Todo al alcance de la mano. En lo referente a los cubiertos, se prefiere el uso de la cuchara antes que tenedor o cuchillo.

Tipos de alimentación

Los pacientes que tienen dificultades de masticación, deberán llevar una dieta blanda mecánicamente hablando. En caso de problemas con la deglución, se utilizarán masas uniformes. El objetivo es ayudar a que la comida llegue directamente al esófago sin pasar mucho tiempo en la boca. Para ello, se pueden emplear espesantes como harina de trigo, yema de huevo o masa de patata.

Estos procedimientos se realizan por vía oral. Sin embargo, también existen las opciones de alimentación enteral (vía oral, sonda o catéter) o alimentación parenteral, por vía endovenosa.

En definitiva, estas son las principales necesidades de alimentación de las personas dependientes. Es necesario que tengas en cuenta el tipo de alimentos que puede ingerir cada paciente. Además, hay que conocer unos procedimientos que servirán de ayuda para mejorar la atención a la persona dependiente durante su alimentación.