Las personas con dependencia son aquellas que tienen una capacidad reducida para poder realizar determinadas actividades cotidianas. Mayormente, sus necesidades tienen que ser suplidas por profesionales de atención sociosanitaria y cuidadores del entorno familiar. Son personas cuya salud puede haberse visto afectada debido a afecciones físicas, psíquicas o mentales. O bien, por afectación en la capacidad sensorial o de percepción.

Así, la dependencia puede ser física, psíquica o dependiente por causa de su propio entorno social (marginalización o aislamiento). Sin duda, es imprescindible que, entre todos, colaboremos en la determinación y el cumplimiento de sus necesidades. Su calidad de vida depende de todos y sobretodo de los profesionales sociosanitarios.

¿Qué necesitan las personas con dependencia?

Las personas con dependencia pueden manifestar su dependencia a cualquier edad. De todos modos, su aparición es más probable en personas mayores. En mujeres, la media se sitúa, por ejemplo, en los ochenta años.

Muchas de estas personas necesitarán ayuda para actividades tan habituales como la higiene personal (lavarse, ducharse, cortarse las uñas, etc.). Otras, como el hecho de vestirse o asearse, son imprescindibles para asegurar su calidad de vida. Por otro lado, pueden necesitar un cuidador que les ayude a cocinar, a preparar los alimentos y a darles de comer. Este punto es fundamental porque muchas personas caen en la desnutrición una vez que pasan a ser dependientes.

Las personas con dependencia también reclaman y necesitan una asistencia de calidad en centros sanitarios y en instalaciones sociales. De hecho, la teleasistencia y la ayuda a domicilio son muy demandados por estas personas y sus allegados. El suministro de medicación es un aspecto clave, tanto a la hora de dirigirse a una farmacia y adquirir el medicamento adecuado, como a la hora de tomárselo correctamente. Muchas de ellas, necesitan de un cuidador u otra persona que pueda prestarle ayuda para estas tareas básicas.

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Además, existe un factor social que normalmente está en manos de los ayuntamientos y asociaciones. Garantizar la integración social de las personas dependientes es algo necesario en sociedades como la nuestra. Aquí van algunos ejemplos:

  • Las personas dependientes necesitan medios de transporte aptos para que puedan realizar los desplazamientos sin peligro.
  • Se precisa la retirada de posibles obstáculos en las calles como escaleras o rampas.
  • El sistema sanitario público debe dar coberturas sociosanitarias. Deberá poner a disposición de las personas dependientes centros de atención y personal cualificado.

Junto al los puntos anteriores, muchas personas dependientes, refieren sentirse solos. La demanda de atención es obvia y no solo debe depender de las familias. La sociedad debe poner solución frente al abandono de las personas con dependencia. Su necesidad de entablar relaciones sociales y sentirse en compañía puede no tener respuesta en sus familias. Así, los servicios sociosanitarios deben poder cubrir también esas necesidades sociales.

Los profesionales de atención sociosanitaria

La atención sociosanitaria pretende llevar a cabo funciones asistenciales en la persona dependiente, mayormente del cuidado y apoyo, para realización de actividades cotidianas. El profesional de la atención sociosanitaria requiere de una formación previa.

En Escola d’Oficis Catalunya impartimos el Certificado de Profesionalidad de Atención Sociosanitaria a personas dependientes en Instituciones Sociales. A partir del 1 de Enero de 2018 este certificado oficial es imprescindible para trabajar con personas con dependencia.

La población a la que se dirige el profesional de atención sociosanitaria son, mayormente, enfermos geriátricos, con diversidad funcional, personas en cuidados paliativos, con dependencia funcional, problemas de salud mental, etc.

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Las labores que se aprenden en la formación están relacionadas con la planificación y el control de las intervenciones con la persona. Así, organizar el horario de tareas y programarlas para su realización podrá ser más efectivo para mejorar la calidad de vida de la persona. Por otro lado, se aprende a realizar las actividades de higiene básicas, como prepararles las toallas o colaborar en la ducha.

El profesional de la atención sociosanitaria debe involucrarse en la alimentación y la nutrición de la persona dependiente. En caso de dependencia física y de movilidad, por ejemplo, es necesario aprender técnicas de movilización para evitar posibles lesiones. Ayudarles a acostarse, levantarse o meterse en la ducha, serían algunas necesidades a cubrir. La atención y el apoyo psicosocial sobre este grupo de población será otro de los puntos fuertes de la formación.

Ante todo, el profesional va a promover la autonomía personal de la persona con dependencia. Cabe destacar que, esta profesión está en continua demanda. Según el INE (Instituto Nacional de estadística), el porcentaje de personas mayores de 65 años va a pasar del 18,2% actual al 24,9% en 2029.