Para tratar quemaduras en perros y gatos es preciso tener en cuenta algunos aspectos. Como auxiliar veterinario, no solo es importante que conozcas cuál fue la causa de la lesión, también debes obtener toda la información posible acerca del animal. Esto se refiere tanto a la que proporcionen sus propietarios como a la que recabes al evaluarla.

Información para tratar quemaduras en perros y gatos

El tipo y naturaleza de las lesiones por quemaduras es determinante para que puedas encaminar el tratamiento de forma adecuada. Las quemaduras son muy dolorosas y pueden llegar a destruir severamente los tejidos. Entre las causas posibles están el calor, el frío, las sustancias corrosivas, la electricidad y la exposición prolongada al sol. En cada caso el tratamiento varía.

Otro factor importante al tratar las quemaduras es que conozcas la ubicación de la lesión. Por este motivo, las de la cara, orejas, patas, zona perineal o sobre las articulaciones suelen ser más graves. La profundidad de la quemadura es otro factor que incide en el pronóstico. Las quemaduras de primer y segundo grado son más fáciles de curar y no suelen dejar secuelas. Las de tercer grado duelen mucho menos pero su resolución es más compleja.

En cuanto a la extensión, si es menor del 24% de la superficie corporal tienen buen pronóstico. Las que tienen entre el 25% y 50 % de superficie tienen un pronóstico reservado. Con más del 50% de afectación, como supondrás, es malo.

Quemaduras en perros y gatos

Es muy habitual recibir casos de quemaduras en animales jóvenes. La curiosidad natural de los cachorros les hace sufrir accidentes más a menudo. Los perros adultos acostumbran a conocer los riesgos y son más precavidos. Obviamente también existe el riesgo de quemadura en perros adultos, pero no es tan habitual.

En los gatos la cosa cambia. Estos animales son curiosos por naturaleza y desde jóvenes se ponen en numerosos riesgos. Pero los gatos adultos también suelen sufrir accidentes por la pérdida de reflejos. Acostumbrados a su propia agilidad es muy habitual que sufran caídas y otros accidentes según llegan a la vejez.

Pero las quemaduras en perros y gatos no solo se dan por accidentes de los propios animales. Sin duda, otra de las causas más comunes es el descuido de los propietarios de la mascota. Dejar una hoguera encendida o brasas al alcance del animal, descuidar la exposición al sol en días muy calurosos, no proteger las patas del animal al caminar por hielo o nieve, etc.

También, existen altos riesgos de que sufran quemaduras por químicos, cables sin protección y un largo etcétera de posibilidades. A las clínicas veterinarias llegarán los casos más comunes pero también sorprendentes historias, con toda seguridad. El veterinario y sus auxiliares técnicos veterinarios deben estar preparados para todo.

Primeros auxilios en el tratamiento de quemados

All tratar quemaduras por calor tanto en perros como en gatos, tu primera acción debe ser aislar al animal. Hay que separarlo de la causa del accidente. En este momento debes proceder con cautela. El miedo y el dolor pueden provocar que la mascota reaccione de forma agresiva.

Una vez logrado esto, lo siguiente que deberás hacer será enfriar la piel o los órganos afectados. Para esto deberás proceder a sumergir la zona en agua fría. Si no es posible, deberás lavar abundantemente la quemadura o aplicar compresas empapadas. El líquido a baja temperatura evitará que el calor residual siga lesionando los tejidos circundantes y aliviará el dolor. El hielo, en cambio, puede causar una lesión adicional y por lo tanto no debes utilizarlo.

Si hay una quemadura por frío calentarás la zona con agua tibia o apósitos, no con agua muy caliente. Para las quemaduras químicas, deberás colocarte mascarilla y guantes. Hay que ventilar la habitación y retirar la sustancia causante. Si es líquida, aplicarás agua abundante sobre los ojos y fosas nasales, así como sobre la piel lesionada. Si la sustancia está en forma de polvo, puedes eliminarla suavemente con un cepillo de cerdas suaves.

Lo que no debes hacer

Algunas acciones en las quemaduras de gatos y perros están contraindicadas y solo dificultan el tratamiento: reventar ampollas, medicar o neutralizar productos químicos con algodón o pomadas sobre la quemadura.

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Asistencia veterinaria

Normalmente los primeros auxilios los prestará el propietario o personal no veterinario. Simplemente porque serán de forma segura, los primeros que asistan o detecten que se ha producido el accidente o la quemadura en el animal. Por ello, el veterinario y sus auxiliares lo que deberán hacer es prestar la información suficiente por vía telefónica cuando el propietario llame.

Por ejemplo, además de indicarles cómo administrar los primeros auxilios si es un caso muy urgente, les recomendaremos que cubran la zona con una gasa estéril antes de transportarlo a la clínica. Además, si el accidente ha sido causado por un producto químico, es conveniente llevar el envase a la clínica.

Una vez en la clínica, el profesional veterinario evaluará a la mascota para determinar la gravedad de las lesiones y la posible afectación general. El examen del perro o gato determinará varias cosas, entre ellas, el grado de la quemadura, su ubicación, su extensión y la afectación de órganos. También verás que es importante en este momento tratar el dolor con fármacos analgésicos.

En cuanto a las lesiones en la piel, procederás a desbridarlas y desinfectarlas. Las pomadas con antibióticos y los apósitos ayudarán a la regeneración de los tejidos. Hay casos de pérdida severa de tejidos y, en consecuencia, se podrían indicar injertos de piel. En los casos más leves se seguirán las indicaciones para continuar con el tratamiento en el hogar. Se colocará al perro o gato un collar isabelino para evitar que lama o arañe las zonas con lesiones.

Casos de quemaduras complicadas

En primer lugar, la evaluación veterinaria más importante es la del sistema respiratorio. Hay que determinar si existe lesión a ese nivel que requiera oxigenoterapia, intubación y radiografías de tórax. En los ojos aplicarás una tinción especial para detectar ulceraciones.

En los casos en que se afecten las orejas, los ojos, los genitales o las patas se procederá a desbridar la herida. En ocasiones se deberá amputar alguna porción de tejido. Se administrará hidratación y medicación por vía intravenosa. Dependiendo de la gravedad del cuadro se podrá indicar hospitalización. Los casos más graves requerirán en ocasiones de nutrición parenteral y la utilización de sondas nasogástricas.